Con una población de 5 millones de personas, Nueva Zelanda registró 1.154 casos de Covid-19 y 22 muertes en total. No ha surgido una nueva infección en los últimos 17 días y, a la fecha, se detectó un solo caso activo durante más de una semana.
La cuarentena agresiva
El país registró su primer caso de coronavirus el 28 de febrero. El 19 de marzo dispuso un cierre total de las fronteras. Casi un mes después, el 25 de marzo, Nueva Zelanda ya había superado los 100 casos. “Solo tenemos 102 casos, pero también Italia los tuvo una vez”, declaró la premier, y decidió pasar a la fase 4 de respuesta.
La llamada “eliminación”, estableció la cuarentena obligatoria para los 4,8 millones de habitantes del país por cuatro semanas. Se activó en menos de 48 horas. Nadie podía dejar su casa, a menos de que uno de sus habitantes saliera para comprar víveres, medicinas o acudir al médico.
Solo estaba permitido hacer ejercicio o tener esparcimiento en los alrededores de casa. También se dio la cancelación total de actividades no esenciales, lo que implicaba el cierre de escuelas, comercios (exceptuando los de víveres y farmacias), industrias y servicios.
Tras diez días de aumentos constantes en los casos, la estrategia comenzó a dar sus frutos. A partir del 3 de abril, los nuevos positivos se fueron reduciendo casi día con día hasta llegar a menos de diez por jornada. Incluso el día 23 de abril hubo 0 nuevos contagios registrados.
Además de las campañas sobre lavado de manos y distanciamiento social, uno de los elementos que se han destacado de la estrategia de Nueva Zelanda fue la socialización en la “burbuja” de contactos .
A los neozelandeses se les pidió mantener el contacto solo con las personas que viven en sus casas, familiares o conocidos, y con ellos practicar todo tipo de actividades sociales para lidiar con el encierro.
Los efectos económicos de la pandemia
Al ser dos islas que se pueden cerrar fácilmente, y con una población de 5 millones de personas, relativamente baja, el cierre no fue devastador. Además, el país contaba con una sólida economía antes de la pandemia, por lo que pudo canalizar paquetes de ayuda, tanto para empresas como para residentes, compensando la falta de turismo.
No obstante, Nueva Zelanda, que llegó a ralentizar la actividad económica hasta ligeramente por encima de la mitad de sus niveles normales, aprobó fondos de 12.100 millones NZD (más de 7.300 millones USD o de 6.500 millones EUR), lo que representa el 4 por ciento del PBI del país.
“No somos inmunes a lo que pasa en el resto del mundo, pero a diferencia del resto del mundo no solo hemos protegido la salud de los neozelandeses sino que comenzamos con nuestra recuperación económica“, recalcó Ardern.
La primer ministra, una clave de la recuperación
Jacinda Ardern fue elogiada por el manejo de la crisis de su país. La premier estuvo muy atenta a la vida social y la salud mental de la población. Se mantuvo abierta a preguntas en redes sociales e instaló el lema “Sé fuerte. Sé amable”, que generó calma entre las personas.
“Debido a que se había comunicado claramente sobre la trayectoria en la que estábamos en términos del aumento en el número de casos, cuando Jacinda Ardern dijo que íbamos a estar encerrados, la gente entendió por qué”, contó la periodista neozelandesa Sarah Robson a la BBC.
Fuente: BAE