En Israel, científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén hallaron la forma de restablecer, mediante sinapsis sintéticas, los daños cerebrales en los gusanos de la especie Caenorhabditis elegans (C. elegans), dando como resultado una recuperación de su sensibilidad olfativa.
Durante décadas, este tipo de nematodos ha sido el modelo preferido de los investigadores que trabajan en los laboratorios de investigación genética, pues más del 40% de sus genes son similares a los de las personas; por ello, el hecho de lograr una reparación de sus circuitos dañados puede conducir a restablecer los cerebros humanos muy pronto.
“Creemos que algún día será factible aplicar terapias genéticas basadas en el cableado sintético del ser humano como posibles tratamientos para enfermedades y daños cerebrales devastadores”, afirma el Dr. Ithai Rabinowitch, miembro de la agrupación científica.
Aunque el sistema nervioso del C. elegans es muy simple, dicho experimento de implantes artificiales en estos organismos abre un camino para tratar enfermedades neurológicas, traumas, enfermedades neurodegenerativas y derrames cerebrales.