Este 22 de febrero se recuerda el Día Internacional de la Encefalitis donde se busca la educación y concientización sobre esta enfermedad que afecta al cerebro y sus estructuras.
Recordemos uno de los tipos de esta enfermedad que es la Encefalitis letargica donde en 1920 una extraña pandemia hacía que pacientes se queden en un profundo sueño y en aquella época cobro la vida de de un millón de personas.
El origen de la enfermedad era misterioso porque afectaba el cerebro de las victimas y las dejaba sin palabras y movimientos voluntarios. En el pasado algunos sabios como Hipócrates, el gran médico de la Antigua Grecia ya tenían contacto con la enfermedad y la bautizó como “lethargus”.
Recien en el siglo XX la neurología pudo establecer un nombre para la afección llamada encefalitis letargica o enfermedad del sueño.
En 1966,Oliver Sacks un joven neurólogo fue el que marcó un hito importante cuando llegó al Hospital Beth Abraham en New York y observó a decenas de pacientes como “estatuas”.
Mediante estudios pudo comprobar que los mismos presentaban conciencia al escuchar el piano porque la música activaba su sistema motor y en ocasiones allegados al médico aseguran que los pacientes “se paraban y bailaban”.
Pese a que trataron de curar a los pacientes con un fármaco utilizado para la enfermedad de Parkinson, el efecto duro muy poco y dejo de funcionar en algunas personas aun dormidas y ninguno pudo recuperarse por completo.
Tiempo después y bajo la premisa de Sacks “Cada enfermedad es un problema musical, cada cura, una solución musical” varios neurólogos como Connie Tomaino se interesaron en esta nueva forma de revivir a los pacientes.