La mañana de este lunes, Pekín, China, amaneció bajo una espesa niebla marrón asfixiante debido al alarmante nivel de polución y la tormenta de arena proveniente de Mongolia.
Ambos fueron los protagonistas del peligro y la llamada de atención a los habitantes de la capital.
Muchos salieron a las calles con la cabeza cubierta y lentes de protección, e incluso, la municipalidad suspendió las actividades al aire libre y recomendó no salir de casa a quienes padecen de problemas respiratorios.
Los grandes edificios, característicos de la capital, apenas eran visibles como la sede de la televisión nacional de 234 metros que estaba cubierta por la espesa neblina.
El Centro de Control Medioambiental de la capital de China emitió una alerta amarilla y advirtió que la ciudad pueda verse así hasta la tarde.
Las condiciones atmosféricas presentadas en Pekín son un peligro para la salud de su ciudadanía.
