En Estados Unidos, Científicos del Hospital General de Massachusetts descubrieron que las personas pelirrojas tienen una mayor tolerancia al dolor. Este hallazgo podría ser significar un tratamiento personalizado en individuos que tienen esta característica.
Un tipo de hormona, denominada melanocortina, se encarga de inducir a los melanocitos, células encargadas de pigmentar la piel, a producir pigmentos negros, amarillos, rojos o marrones. En este proceso, los melanocitos se dividen en diferentes sustancias, y algunas de estas cumplen la función de bloquear el dolor o estimularlo aún más.
Pues bien, este fenómeno podría deberse a una tipología distinta de la melanocortina en los pelirrojos, pues en estas personas se observó un aumento de actividad en los factores que reprimen el dolor y una reducción en las funciones que lo estimulan.
“La comprensión de este mecanismo proporciona la validación de la evidencia anterior y un reconocimiento valioso para el personal médico cuando atiende a pacientes cuya sensibilidad al dolor puede variar”, dilucidó David Fisher, uno de los autores de la indagación.
