Ciudadano Kane ha sido considerada la mejor película de la historia por muchos años y, pese a sus muchas nominaciones, solo se llevó un Óscar en 1941 por mejor guion.
80 años después un nuevo film (Mank) inspirado en la estructura y proceso del guion acumuló la mayor cantidad de nominaciones a los Óscar de este año, nada más y nada menos que 10 menciones.
Pero Ciudadano Kane continúa encantando a los espectadores y siendo una película de culto para todos los cinéfilos del mundo.
En el amplio y espectacular mundo del cine, existen una diversidad de reglas y medios para construir una obra cinematográfica, entre ellas el guion, que termina siendo la base fundamental, pero, ¿qué tiene Ciudadano Kane que la hace una obra excelente después de tantas décadas?
1 El guion
Herman J. Mankiewicz propuso una estructura dramática, revolucionaria y atrevida para el cine de ese entonces. Presenta un rompecabezas que reúne múltiples narradores, perspectivas y saltos en el tiempo.
2 Subversión de los géneros cinematográficos
Agrupar más de un género resulta un trabajo complicado y, Ciudadano Kane quedó con un “género misterio”. La película empieza con paisajes espeluznantes, colores y escenografías oscuras. Luego pasan a ser escenas surrealistas, dignas de Dalí y Buñuel a ser un noticiero recorriendo la biografía de Kane.
Cuando empiezas a adaptarte a este último género, la película cobra un giro, y, sin la intención de generarte un spoiler, Ciudadano Kane mantiene tu atención constantemente con estos cambios drásticos e increíbles.
Nunca antes en la historia del cine se había jugado con los géneros y menos de tal manera.
3 Revolución en la técnica
En 1946, Georges Sadoul, historiador del cine francés, calificó la película como una “enciclopedia de técnicas antiguas”.
La forma compleja de contar una historia fue acompañada de un juego de cámaras, luces y enfoques. 114 minutos que te enseña el enfoque profundo y retroproyección, primeros planos extremos y diálogos superpuestos. Un semestre de cine en una sola tarde.
4 Orson Welles
El director Welles estaba en un proceso de aprendizaje, por lo que tenía las ideas muy arriba de él mismo y de lo que se podía hacer en el cine.
Además, se sentía con una libertad y capacidad de crear la película que él quiera. Orson entonces tenía 25 años cuando su primer filme se estrenó en cines.
Hoy en día, incluso con las abundantes herramientas que brinda el internet, ningún director, menos con esa edad, tiene la capacidad de liderazgo de semejante proyecto audiovisual y las interesantísimas e inusuales ideas de Welles.
