Tras, 35 años desde la catástrofe vivido en Chernóbil, cuando el reactor nuclear ucraniano explotó por los aires, dejando magnitudes de radiación en varios kilómetros, científicos han descubierto que las reacciones de fisión se encuentran activas en las profundidades del búnker de contención.
Sin embargo, los expertos en el área aclaran que no hay razón para pensar que volvería a suceder otra catástrofe como el 26 de abril de 1986. Pero es muy importante detener o contener la multiplicación de estas reacciones.
Anatolii Doroshenko, del Instituto de Problemas de Seguridad de las Plantas de Energía Nuclear (ISPNPP) en Kiev (Ucrania), informó que los sensores detectaron en una de las habitaciones selladas un aumento progresivo de neutrones, aunque la elevación es lenta, es fundamental generar acciones.
Lo más preocupante para los científicos es el sarcófago de hormigón y acero, llamado “búnker de Chernóbil”, que se creó un año después del accidente para aislar los restos del reactor. Sin embargo, este sarcófago no logró contener la acumulación de agua por las lluvias, lo que esto eleva las reacciones de fisión y número de neutrones.
A este panorama, muchos expertos científicos coinciden, en desarrollar un robot que pueda soportar la intensa radiación durante el tiempo suficiente para perforar agujeros en los FCM e insertar cilindros de boro, que funcionarían como barras de control y absorberían neutrones, pues, es imposible que el ser humano pueda aguantar la intensidad de radiación del lugar.
