Investigadores de la Universidad de Stanford desarrollaron un circuito integrado similar a la piel que es capaz de estirarse, plegarse, doblarse o torcerse sin perder sus capacidades de operación en ningún momento. Estos dispositivos podrían medir variables de nuestra salud 24 horas por día, y podrían ser tan cómodos como llevar un tatuaje.
El equipo de esta investigación publicó un artículo explicando cómo imprimieron el circuito integrado elástico en el material similar a la piel. El resultado es un chip de unos 40.000 transistores por centímetro cuadrado. El material utilizado es un polímero gomoso que se puede estirar y vuelve a su forma original sin problemas.
Yu-Qing Zheng, uno de los Autores del trabajo, señaló que el método mejora la densidad de transistores elásticos en más de 100 veces de lo que cualquier otra persona logró hasta ahora. Y lo hace con una uniformidad excelente en los transistores sin sacrificar nada en el rendimiento electrónico o mecánico.
Aún está muy lejos de los miles de millones de transistores que se pueden poner en la misma área usando chips de silicio, pero es suficiente para crear sensores sencillos, redes a escala corporal y aplicaciones no muy complejas para gestionar implantes, por ejemplo.
Usan el conocido proceso llamado fotolitografía, luz ultravioleta para transferir un patrón geométrico sobre un sustrato sólido, capa por capa. Al ser un método conocido y barato, no tiene los límites existentes hasta ahora.