La demanda contra Google es que la misma habría abusado de su dominio en el ecosistema móvil para favorecer a su propia Google Play Store.
Según la demanda impuesta desde este miércoles, Google tiene el monopolio de la distribución de aplicaciones para Android en Estados Unidos y ha utilizado contratos restrictivos para obligar a los fabricantes de dispositivos Android a promocionar la Google Play Store a costa de la competencia.
“Sus políticas anticompetitivas ahogan la innovación, inhiben la libertad del consumidor, inflan los costos y limitan la comunicación transparente entre los desarrolladores y sus clientes”, manifestó el grupo de fiscales.
El supuesto objetivo de Google era de obstaculizar el aumento de las tiendas de aplicaciones de terceros. La demanda dio a conocer que Google habría realizado un intento de pagar a Samsung para que abandonara sus relaciones con los principales desarrolladores. Esto con el fin de que Google continuaría siendo la fuente más atractiva en aplicaciones Android.
“Google está utilizando su posición dominante en el mercado para sofocar la competencia y extraer miles de millones de dólares en comisiones sobre las compras dentro de la aplicación de los consumidores desprevenidos, y este comportamiento anticompetitivo debe terminar”, indicó el fiscal general del Distrito de Columbia, Karl Racine, en un comunicado.
Google en respuesta manifestó en su entrada de blog que le parecía extraño que el grupo de fiscales generales estatales decidiera presentar la demanda, porque ataca a un sistema que ofrece mas apertura y opciones que otros.