Los bomberos continúan luchando en Grecia, por séptimo día consecutivo, contra el brasero de Eubea, a 200 kilómetros al este de Atenas, donde unos tras otros los pueblos del norte de la isla fueron asediados por las llamas.
Aunque la mayoría de los incendios estaban estabilizados o remitían ayer en Grecia, el siniestro de Eubea, la segunda mayor isla del país, seguía siendo preocupante y ofrecía un panorama apocalíptico.
A falta de medios aéreos, los bomberos lucharon durante toda la noche y hasta el alba en Monokarya para impedir que el fuego llegara a la ciudad de Istiaia.
Giorgos Kelaïtzidis, vicegobernador de Eubea, advirtió el domingo que los medios eran insuficientes y que sobre la situación es muy crítica en la isla donde al menos 35.000 hectáreas y cientos de casas ardieron por los incendios.