Más de 8.500 alemanes serán llamados a inocularse nuevamente contra la COVID-19 debido a que una enfermera alemana suministrara una solución salina, inofensiva para la salud, en vez de la vacuna anticovid de BioN-Tech-Pfizer. La enfermera fue destituida por la Cruz Roja y fue investigada por el Servicio de Seguridad del Estado para determinar si existía una motivación política de su parte.
En abril pasado, se dio a conocer en los medios el caso de una enfermera alemana de un centro de vacunación de Baja Sajonia (norte) que había sido acusada de haber dejado caer una ampolla de la vacuna contra la COVID-19 -equivalente a seis dosis-, y luego haber rellenado las jeringas con suero fisiológico para ocultar su error.
Los medios alemanes reportan que este episodio tendría una dimensión mucho mayor de lo que se pensaba. Según la policía, tras interrogar a la enfermera y en colaboración con otros colegas, había surgido suficiente evidencia que indicaba que «la mujer no actuó solamente en este caso en particular».
Las motivaciones reales detrás de este suceso aún no están claras, pero se cree que la mujer había comparado a la pandemia con la gripe en redes sociales y había compartido caricaturas difamatorias sobre la COVID-19 a través de WhatsApp que solían circular en los grupos de teorías de conspiración.
En su defensa, los abogados de la acusada afirman que solo ocurrió una vez, que lo hizo para ocultar su error y niegan tajantemente que exista una motivación política detrás.
Muchas de las personas que creyeron haber recibido la vacuna contra la COVID-19 son personas mayores y calificadas como de riesgo. Los posibles afectados ya fueron informados el martes (10.08.2021), y la revacunación está programada para comenzar el viernes.