Cada 15 de octubre es el Día Mundial del Lavado de Manos, con el objetivo de concientizar sobre el uso de agua y jabón en la prevención de enfermedades. Este hábito ha tomado un rol importante desde el inicio de la pandemia del covid-19.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), algo tan sencillo y económico como lavarse las manos con agua y jabón, reduce entre un 50% y 65% el riesgo de contraer infecciones, parásitos intestinales, enfermedades diarreícas y enfermedades respiratorias como la neumonía.
El proceso de lavarse las manos debe durar como mínimo 20 segundos para garantizar su efectividad, y realizarse de forma correcta siguiendo los pasos como serían: Mojarse las manos con agua limpia y jabón, frotar las manos para generar espuma, hacer un lavado de todas las partes de la mano, enjugarse con agua limpia y secarse las manos.
A la sociedad nos ha costado adaptarnos a la nueva realidad, pero ello no es una excusa para no prevenir los cuidados necesarios que se debe tener ante la covid-19. Es por eso que la OMS recomienda el uso de alcohol en gel, en el caso de no poder lavarse las manos. En muchas circunstancias no hay oportunidad de higienizarse con agua, o no hay acceso a agua potable o agua corriente. O en algunos casos, en ciertos lugares de América Latina y África, el agua está contaminada.