El homenaje es para los ocho jóvenes dirigentes, quienes lucharon por la recuperación de la democracia y la defensa de los derechos humanos del pueblo boliviano, fueron torturados y asesinados.
El 15 de enero de 1981, ocho jóvenes se encontraban reunidos para analizar las medidas económicas aprobadas días antes por la dictadura militar, fueron asaltados por 13 paramilitares que llegaron en dos jeeps y varias furgonetas e ingresaron al domicilio, mientras otro grupo de paramilitares armados había rodeado el manzano y un tercer grupo había ingresado a las casas vecinas bloqueando el barrio.
Por estos hechos, Luis García Meza y Luis Arce Gómez fueron sentenciados a 30 años de prisión sin derecho a indulto junto a otros 13 paramilitares, constituyéndose esta sentencia en el primer caso en América Latina que llegó a condenar el delito de genocidio por la masacre a los ocho dirigentes nacionales del MIR, perpetrada en un operativo que estuvo planificado y enfocado a un determinado grupo, con el objetivo de exterminarlos por razones políticas.
La Defensoría del Pueblo, reafirmando su compromiso por la lucha contra la impunidad, rinde un homenaje a la memoria de las víctimas de la masacre de la calle Harrington y a quienes durante 41 años lucharon por la justicia para sus familiares recordando que el genocidio es un delito de lesa humanidad y no prescribe.