Esta celebración se debe a un gato muy influyente del año 1993 llamado Socks Calcetines, su hogar fue en la Casa Blanca, siendo el minino de la familia Bill Clinton, en aquel entonces Presidente de los Estados Unidos.
Era sólo un pequeño gato callejero, una noche saltó a los brazos de Chelsea Clinton, la hija adolescente del entonces gobernador del Estado de Arkansas, Bill Clinton.
Posterior a ello la joven quedó enamorada del pequeño animalito e inmediatamente lo adoptó y lo bautizó como “Socks” (“Calcetines”), debido a las manchas blancas que el gato tenía en sus patas negras.
Un 20 de febrero de 2009, los dueños decidieron darle la eutanasia, debido a un diagnostico de cáncer que le impedía comer.
Al morir Socks, el 20 de febrero se celebra cada año el Día Internacional del Gato, con el objetivo de rendir homenaje a estos animales de compañía y promover una campaña de adopción para proporcionar un hogar a los animales callejeros.