Ingenieros de la NASA desarrollaron un metal 1.000 veces más resistente que los usados actualmente en las naves espaciales. Esta aleación recibe el nombre de GRX-810 y ya está siendo probada en sistemas aeroespaciales de alto rendimiento. El objetivo es conseguir que los componentes de las naves y los motores a reacción sean más confiables y eficientes.
Ingenieros del Centro de Investigación Gleen de la NASA en Cleveland, Estados Unidos, fueron los responsables de la creación de este nuevo metal. Según explican el grupo de expertos el GRX-810 soporta una temperatura de 1.090 grados Celsius y es más maleable y flexible en comparación a los materiales que se usan en la actualidad.
El nuevo metal es rentable, liviano y ofrece una mayor eficiencia de los motores debido a que consumen menos combustible y requieren un menor mantenimiento. Otra característica de este nuevo metal es su capacidad de doblarse y estirarse hasta tres veces más antes de quebrarse bajo tensión.