Este pasado 21 de mayo, Rusia prohibió la entrada a su territorio a Joe Biden, Presidente de Estados Unidos, y a otros 962 estadounidenses, de manera permanente, en respuesta a las sanciones de Washington sobre Moscú por la llamada “operación militar especial” en Ucrania.
“Recalcamos que las acciones hostiles de Washington se volverán como un bumerán contra EEUU y serán rechazadas como es debido”, afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia mediante un comunicado.
Moscú, subrayó: “las contra sanciones rusas tienen carácter obligado y apuntan a obligar al régimen gobernante estadounidense, que intenta imponer al resto del mundo un orden mundial neocolonial basado en reglas, a cambiar su conducta y a reconocer las nuevas realidades geopolíticas”.
“Rusia no busca la confrontación y está abierta a un diálogo franco, respetuoso, diferenciando al pueblo estadounidense, que siempre ha gozado de nuestro respeto, de las autoridades de EEUU, que alientan la rusofobia, y de aquellos que les sirven. Precisamente estas personas se incluyen en la ‘lista negra rusa”, añadió el comunicado.
Biden figura en la lista, ordenada alfabéticamente en ruso, con el número 31, seguido de su hijo Hunter.
Entre los altos cargos estadounidenses sancionados se encuentran, entre otros, el secretario de Estado, Antony Blinken, el titular de Defensa, Lloy Austin, y el director de la CIA, William Burns.
Estas sanciones fueron anunciadas poco después de que Washington dé a conocer que su presidente promulgó en Seúl el proyecto de ley que contempla un paquete de ayuda adicional a Ucrania por casi 40.000 millones de dólares.