Según la Agencia Sanitaria Mundial, las industrias tabacaleras destruyen 600 millones de árboles y 200.000 hectáreas de tierra, gastan 22.000 millones de toneladas de agua y producen 84 millones de toneladas de CO2 cada año para fabricar sus productos.
El pasado lunes (30/May) la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la industria tabacalera no sólo daña la salud humana: también estropea el medio ambiente y debe hacerse más responsable de la destrucción que causa. La mayor parte del costo ambiental recae en los países de renta baja y media, donde el agua y las tierras de cultivo se utilizan para plantar tabaco en vez de alimentos, que a menudo se necesitan con urgencia.
El estudio destaca que la huella de carbono de la industria de la producción, el procesamiento y el transporte del tabaco equivale a una quinta parte del CO2 emitido anualmente por el sector de las aerolíneas comerciales, lo que contribuye aún más al calentamiento global.