Muchos bolivianos de las nuevas generaciones han combinado los juegos populares y tradicionales durante sus años infantiles.
Si bien hoy la tecnología ha permitido modernizar las formas de entretenimiento, llevándolas al mundo virtual con los juegos online. Las tradiciones y los divertimentos populares supieron mantenerse vigentes.
Es así como muchos juegos tradicionales permanecen vigentes en nuestra ciudad, y en el país, hasta nuestros días. Uno de ellos es la rayuela, thunkuña o avioncito, practicado saltando con un solo pie sobre los cuadros dibujados en el suelo (generalmente con tiza) hasta llegar al último. Otro de los clásicos es el trompo, en el que se hace girar uno de estos ( “hacer bailar el trompo”). Algunas modalidades requieren el choque de los trompos hasta que uno quede en pie o hacer la mayor cantidad de trucos posibles con los mismos.
Las cometas o voladores es uno de los juegos que sigue viéndose por las plazas y canchas de la ciudad. Solo basta atarla a una cuerda ligera, lo suficientemente larga para dejar que el viento haga su trabajo.
Otro clásico es el yo-yo, que es un artefacto circular de plástico o madera con dos partes iguales y un hilo al medio, con el que se debe subir y bajar, enrollarlo y soltarlo. Con este también puede hacerse varios trucos.
De igual forma, la liga es un juego popular y tradicional en el que se muestra la destreza para saltar. En tanto, en las chuwis se busca introducir legumbres de colores en los hoyos. También existen aún la coscoja, que es un juego similar al de la rayuela, y el veneno, un circuito en el que se buscan introducir pequeños elementos en hoyos.
Varios de estos juegos se han mantenido gracias a la defensa de las tradiciones en muchas ciudades de Bolivia, especialmente en La Paz.