Un equipo ha creado un robot del tamaño de un perro que tarda una hora en aprender a caminar usando menos energía. En él se simuló una médula espinal virtual que colocó donde estaría la cabeza del robot y el CPG se ubicaba en un pequeño ordenador que controla el movimiento de las patas del mecanismo.
Investigadores del Instituto Max Planck de Sistemas Inteligentes (MPI-IS) de Stuttgart, Alemania, se centraron en cómo aprenden los animales a caminar y a tropezar, para lo que construyeron un robot de cuatro patas, del tamaño de un perro labrador al que bautizaron como Morti. Los resultados se publican en Nature Machine Intelligence.
“Buscamos la respuesta construyendo un robot que tiene reflejos como un animal y aprende de los errores. Si el robot tropieza, el algoritmo de aprendizaje cambia la distancia de oscilación de las patas hacia adelante y hacia atrás, la velocidad de oscilación de las mismas y el tiempo que una de ellas está en el suelo”, señaló Felix Ruppert, uno de los autores del estudio.