Este 31 de octubre, un misil que fue derribado por las fuerzas ucranianas, cayó en el distrito moldavo de Ocnita, cerca de la frontera común, sin que se hayan registrado víctimas aunque sí algunos daños materiales, principalmente por la destrucción de varias ventanas en viviendas.
Al parecer los restos impactaron al norte de la localidad de Naslavcea, junto al río que delimita el territorio entre Ucrania y Moldavia. El Ministerio del Interior moldavo ha confirmado en un comunicado que la zona ha quedado acordonada para evitar posibles riesgos.
Sin embargo, autoridades ucranianas han explicado a las del país vecino que respondieron a un ataque con drones sobre una presa. El ataque no provocó daños en esta infraestructura, pero sí en los transformadores eléctricos que permiten el correcto funcionamiento de las instalaciones, según el Gobierno moldavo.
Por otro lado, el Ministerio de Defensa de Moldavia ya había denunciado este mes que varias aeronaves rusas habían violado el espacio aéreo, supuestamente también durante una serie de operaciones en la zona.
Además, el departamento de Exteriores, ha acusado a las fuerzas rusas de violar el Derecho Internacional con sus constantes ataques sobre la infraestructura civil de Ucrania, en particular la energética. Asimismo, ha afirmado que incidentes como los de este lunes acrecientan la inseguridad en toda la zona.