Este pasado 17 de diciembre, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), confirmó que 169 personas han muerto como consecuencia de las devastadoras lluvias torrenciales que arrasaron la capital de República Democrática del Congo, Kinshasa.
Según los reportes, las súbitas inundaciones dejaron al menos 30 heridos, destruyeron al menos 280 viviendas y, en general, forzaron la evacuación de casi 40.000 personas, sobre todo en los distritos de Mont-Ngafula y Ngaliema.
Precisamente, la pasada jornada, terminaron los tres días de luto nacional en memoria de los fallecidos mientras el Gobierno congoleño ha dado garantías de “un entierro digno y seguro” para los fallecidos.