Alfonso Pedraja, conocido como Pica, confesó en su diario haber abusado de decenas de niños y adolescentes mientras fue profesor de varios colegios de América Latina, especialmente en uno de Cochabamba, en Bolivia.
La prensa española “El Pais” reconstruyó su historia de la mano de víctimas y allegados y su trabajo en portada este domingo (30/Abr), titulado Diario de un cura pederasta: “Hice daño a demasiados”, recorre el mundo porque es la primera vez que se muestra la mirada de los abusos y su encubrimiento por la Iglesia Católica, desde el otro lado, el de el religioso agresor.
El 5 de septiembre de 2009, el sacerdote falleció de un cáncer en un hospital de Cochabamba (Bolivia). Un mes antes, a finales de agosto, durante su último viaje, el jesuita español de 62 años obligó a su novio a que le prometiera algo: “Tú vas a hacer lo que sea y como sea para quedarte con mi computadora. No quiero que nadie la tenga”, reveló El País.
Sin embargo, jamás se imaginó que su escrito llegaría a España, exactamente a manos de Fernando Pedrajas, sobrino del jesuita, “Las primeras páginas eran bonitas. Algunas eran cartas a mi abuela donde le contaba con ilusión que quería ser un buen sacerdote. Conforme fui leyendo, me di cuenta de la realidad: mi tío fue un pederasta”, recuerda. Leyó con pavor el número de niños de los que su tío calculaba haber abusado: al menos 85.
En las páginas del diario, relata también cómo la orden (al menos siete superiores provinciales y una decena de clérigos bolivianos y españoles) encubrió sus delitos y las denuncias de algunas víctimas.
Por ello, ante la posibilidad de que la orden silenciase el caso, el sobrino decidió escribir a EL PAÍS y entregarle el diario. Este periódico lo estudió, encontró fotografías de la época y otros documentos que contextualizan las descripciones del jesuita.