Este pasado 26 de mayo, Andrés Manuel López Obrador, informó que ha puesto “en pausa” las relaciones comerciales y económicas con Perú apenas 24 horas después de que el Parlamento andino le declarase ‘persona non grata’.
López Obrador, aseveró que no entregará a Lima la Presidencia de la Alianza del Pacífico mientras la presidenta peruana, Dina Boluarte, siga “usurpando” el poder.
Así, el presidente mexicano ha reconocido que le traspasaría “sin ningún problema” la Presidencia del organismo a Chile, y que también se la entregaría al presidente colombiano, Gustavo Petro, si no hubiera sido declarado también ‘persona non grata’ por Lima.
A pesar de la contundencia de sus declaraciones, López Obrador ha incidido en que no se trata de una ruptura de las relaciones, sino una “pausa”, y ha aseverado que Boluarte no puede erigirse como “representante del pueblo” pues apenas cuenta con el 23 por ciento de aprobación popular.
En respuesta a las constantes críticas a las autoridades peruanas, el Parlamento andino dio ‘luz verde’ el jueves a declarar ‘persona non grata’ al mandatario mexicano, fiel defensor de la legitimidad de Castillo como presidente electo.