Según en un reciente artículo de History, habla sobre la frase sobre el Titanic: “Ni Dios podría hundirlo“, resulta ser una leyenda popular errónea. A pesar de la creencia extendida, los fabricantes nunca afirmaron que el barco fuera insumergible. En realidad, utilizaron la expresión “casi insumergible“, una declaración que resultó ser audaz y desafortunada.
El Titanic, aunque es considerado uno de los barcos más seguros de su época, sufrió la tragedia de su hundimiento debido a una serie de factores, entre ellos un timón demasiado pequeño para maniobrar a alta velocidad, partió de Southampton el 10 de abril de 1912 en su viaje inaugural hacia Nueva York.
Aunque su desastrosa historia ha dejado una huella imborrable, no fue el peor desastre marítimo de la historia. A pesar de los errores de diseño señalados tras el hundimiento, el buque fue construido con los mejores materiales disponibles y contaba con un casco reforzado de doble fondo dividido en dieciséis compartimentos estancos. Si hubiera habido un compartimento menos inundado, el barco podría haberse mantenido a flote el tiempo suficiente para facilitar su rescate.
La tragedia del Titanic y su presentación ostentosa amplificaron la percepción de sus fallas de diseño. Sin embargo, en ese momento, navegaban numerosos barcos menos seguros que, simplemente, tuvieron la fortuna de no encontrarse con un iceberg. A pesar de las leyendas que rodean al Titanic, es importante recordar los hechos reales y comprender que no hubo una afirmación tan categórica como la famosa frase atribuida al barco.