El reciente incidente publicitario protagonizado por la empresa de venta de motocicletas en Santa Cruz ha generado gran preocupación y rechazo por parte de la sociedad.
Según datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Bolivia ocupa el cuarto lugar entre los países con mayores índices de violencia de género y feminicidios en la región. En este contexto, la publicidad en cuestión, que hacía apología a los feminicidios y la violencia de género, es considerada inaceptable y una muestra de falta de criterio y sensibilidad.
La empresa creativa responsable del spot publicitario ya ha retirado el material de circulación y ha emitido disculpas a través de una historia en su página en Facebook. En su comunicado, expresaron su comprensión respecto a la gravedad del asunto y aseguraron que no tuvieron la intención de ofender ni promover la violencia. No obstante, el video promovía la violencia de género, naturalizaba el feminicidio y reforzaba estereotipos y mandatos machistas, generando un impacto negativo en la sociedad.
Ante esta situación, algunos internautas han exigido la implementación de instancias reguladoras que normen y revisen la difusión de productos audiovisuales masivos. Estas voces argumentan que este tipo de incidentes, aunque inicialmente puedan parecer inofensivos, causan un daño profundo en un país que enfrenta una alta demanda de erradicación de feminicidios. La necesidad de regular la publicidad de las empresas se vuelve fundamental para evitar la propagación de mensajes que perpetúen la violencia de género y atenten contra la dignidad de las mujeres.