La artista argentina lanza un tema que combina estilo pop con mirada crítica sobre las apariencias en la era digital.
Lo que comienza como una canción glam al estilo de Emilia, rápidamente se convierte en una crítica mordaz al consumismo y la obsesión por pertenecer. En su más reciente lanzamiento junto a Six Sex, la artista argentina convierte al shopping en un escenario delirante donde se juega —con humor e ironía— con las lógicas de las marcas, las tendencias y la apariencia.
La canción —cuyo nombre aún resuena más por su estética que por una frase contundente— se apoya en una narrativa visual tan exagerada como reveladora: probadores desde el punto de vista de un perchero, coreografías frente a montañas de bolsas de “Pasarella”, guiños a figuras como Anna Wintour y un desfile absurdo de outfits que parecen más disfraces que moda.
La interpretación de Emilia expone la presión constante de estar “en la tendencia” y consumir para existir. Pero al final, todo colapsa: los productos quedan tirados, el glamour se desvanece y lo que flota es un silencio incómodo, un eco de expectativas que nadie pidió, pero todos aceptaron.
