Con apenas 20 días en funciones, la administración de Paz consolida tareas y mejora la eficiencia estatal.
El pasado fin de semana, Rodrigo Paz, Presidente de Bolivia criticó duramente la administración anterior por un manejo caótico del personal, uso político de cargos y corrupción que, según afirmó, drenó recursos clave para la producción y los servicios básicos del país. El mandatario señaló que encontró una estructura estatal sobredimensionada, con procesos burocráticos redundantes que generaban gastos innecesarios sin resultados concretos.
Paz informó que su gobierno inició una reestructuración, consolidando funciones y depurando personal que no cumplía tareas reales, con el objetivo de destinar recursos a inversión y producción. Además, la autoridad denunció un daño económico por el desvío de cerca de 6.000 millones de dólares en combustibles, lo que afectó a gremiales, transportistas, comerciantes y comunidades originarias.
El mandatario aseguró que, pese a que la corrupción persiste, su administración ya comenzó a cortar estos circuitos ilegales, mejorando el abastecimiento de gasolina y diésel, e instó a la población a respaldar las medidas de reorganización del Estado para frenar el beneficio de unos pocos en detrimento del país.
