Casa Rosada cerró sus puertas a las tres de la tarde, lugar donde velaba el cuerpo de la leyenda del fútbol mundial. El féretro partió a hacia una fúnebre para recorrer por última vez las vías de Buenos Aires.
Sin embargo, la calles de la ciudad empezaron a tomarse un poco más violentas, tanto así, que empezó a crear incidentes entre policías y grupos de personas que aún intentaban despedirse de su ídolo.
Todo estalló cuando los efectivos policiales anunciaron el cierre de las filas, debido a una gran aglomeración de gente en la esquina de Avenida de Mayo con 9 de Julio.
Varias personas derribaron vallas para intentar acceder a las filas de acceso, a todo esto se sumó la barra de Gimnasia y Esgrima de La Plata, último club que Maradona dirigió, intentando ingresar a la fuerza en medio de empujones.
La organización del velorio publicó un comunicado anunciando que el féretro partirá en una carroza, a las cinco de la tarde (16:00 Hora Boliviana), en un cortejo fúnebre que recorrerá las principales vías de la capital de Buenos Aires, para que toda la gente que forma enormes filas pueda despedirse del único e inigualable 10.