Gobierno chino viene utilizando programas de manipulación del clima desde hace varios años. Sin embargos, el 2 de Diciembre del 2020, el Consejo de Estado de China anunció tener la intención de expandir la capacidad de operaciones de su programa más allá del uso que se le había dado hasta el momento.
El programa de lluvia o nieve artificial planea ser ampliado para llegar a cubrir 5,5 millones de kilómetros cuadrados en 2025. Esto equivale a 60% de su territorio (casi cuatro veces el tamaño de Bolivia o tres veces el de México).
La decisión esta produciendo una ola de preocupación en países vecinos como India, con quien China a estado experimentado relaciones bastante tensas desde hace ya un par de décadas.
A pesar que el comunicado del Consejo de Estado de China también añadió que el programa está destinado a ayudar en la asistencia de catástrofes, la respuesta ante incendios forestales y pastizales, la producción agrícola y la gestión de altas temperaturas inusuales o sequías, esto no está del todo asegurado.
Son más de 50.000 municipios en China que ejercen la siembra de nubes para evitar daños en sus campos de cultivo.
El uso de esta nueva tecnología levanta preocupaciones a nivel internacional. La mayor inquietud yace en la posibilidad de que a raíz de estos avances China se embarquen en ejecutar prácticas tecnologías de geoingenieria más ambiciosas como la gestión o control de la radiación solar, por ejemplo, sin consultar a otros países. Los especialistas de la Universidad Normal de Pekín así como Dhanasree Jayaram consideran urgente establecer un marco global para regular estas prácticas y los posibles conflictos.
