Cláusula que eximiera en la justicia local al laboratorio ante cualquier fallo en la fórmula.
Si bien, Argentina al principio de la pandemia negoció con el laboratorio estadounidense para la obtención de la vacuna Pfizer, hubo algo que al Gobierno en aquel entonces no le cerraba y era las exigencias que el laboratorio ponía sobre la mesa, entre ellos uno de los requisitos era una Ley en la justicia local que absorbiera de todo cargo al laboratorio si las vacunas tenían efectos secundarios graves, la Ley fue votada por el Congreso de la Nación, pero mirada con desconfianza tanto por el oficialismo como por la oposición.
Esta petición también enojó y sorprendió a las altas esferas del Gobierno argentino, algo que desde el Ministerio de Salud y la mesa chica del Presidente no vio con buenos ojos desde el comienzo y empezaron, a raíz de eso, a preguntarse si en algún país de los que había trabajado Pfizer existía o no esa cláusula, porque les parecía que era labor del Ministerio de Salud.
Exigir activos soberanos como garantía ante futuros gastos de producción. Ésta sin duda fue la gota que rebalsó el vaso para que Gobierno argentino terminara por completo las negociaciones con el laboratorio estadounidense y que tildara este último requisito de poco ético y también de aprovechamiento por ser un bien necesario que escasea en el mundo como es la vacuna.
Otro de los interrogantes que supo tener Gines Gonzales García, ex ministro de Salud, fue ¿porque esto se le pidió solo a la Argentina y Brasil?, ¿por qué se llegó a un acuerdo con 9 países de América Latina?.
En síntesis, éstas fueron las causas por las que el Gobierno de Argentina no siguió con la negociación con para las vacunas Pfizer.