Tribunal Supremo de Brasil autorizó la ejecución de cultos y misas en toda la nación, a pesar de la vulnerable situación sanitaria por la que atraviesa. Se fijó esta determinación al considerar que la actividad religiosa es un servicio indispensable.
“Reconozco que el momento es de cautela, ante el contexto pandémico que vivimos. Aún así, justamente por vivir momentos tan difíciles, es necesario reconocer lo esencial de la actividad religiosa, responsable, entre otras funciones, por acoger y ofrecer conforte espiritual”, declaró Kassio Nunes Marques, Magistrado de la máxima corte del país.
Asimismo, Nunes afirmó que el 80% de la población de Brasil es cristiana, basándose en el censo de 2010 del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, en consecuencia, ordenó que se realicen estas prácticas con las adecuadas medidas de bioseguridad.
Esta decisión se aprobó en medio de la mayor cifra de decesos por COVID-19 desde el inicio de la crisis sanitaria, pues a diario se registra un promedio de 2800 muertes y un total de 330.000 fallecidos por esta enfermedad.