Derretimiento de los glaciares en Alaska, Groenlandia, los Andes del Sur, la Antártida, el Cáucaso y Oriente Medio debido al calentamiento global es probablemente la causa de un cambio en el movimiento de los polos desde los años 90. Desplazándolos a la deriva 26º Este a una velocidad de unos 3,28 milímetros por año.
Las ubicaciones de los polos norte y sur no son lugares estáticos e inmutables en nuestro planeta. El eje alrededor del cual gira la Tierra, o más específicamente la superficie de la que emerge la línea invisible, siempre se está moviendo. Esto debido a procesos que los científicos no comprenden completamente. La forma en que se distribuye el agua en la superficie de la Tierra es un factor que impulsa la deriva.
El derretimiento de los glaciares redistribuyó suficiente agua para hacer que la dirección del desplazamiento polar girara y se acelerara hacia el este a mediados de la década de 1990, según un nuevo estudio publicado en ‘Geophysical Research Letters’.
«El derretimiento más rápido del hielo bajo el calentamiento global fue la causa más probable del cambio direccional de la deriva polar en la década de 1990», dijo Shanshan Deng, del Instituto de Ciencias Geográficas e Investigación de Recursos Naturales de la Academia de Ciencias de China.
La Tierra gira alrededor de un eje como una peonza, opinó Vincent Humphrey, un científico del clima de la Universidad de Zurich. Si se mueve el peso de una peonza, la peonza comenzaría a inclinarse y a tambalearse a medida que cambia su eje de rotación. Lo mismo le sucede a la Tierra cuando el peso se desplaza de un área a otra.
Los investigadores han podido determinar las causas de las derivaciones polares a partir de 2002 basándose en datos de GRACE. Una misión conjunta de la NASA y el Centro Aeroespacial Alemán, lanzada con dos satélites ese año y una misión de seguimiento en 2018. La misión recopiló información sobre cómo se distribuye la masa alrededor del planeta midiendo cambios desiguales en la gravedad en diferentes puntos.