Chile concesionó licencias para explorar en busca del mineral, Bolivia realiza esfuerzos desde hace años, Argentina atrae inversión y Alemania cree tener un tesoro de litio bajo el río Rin.
Se conoció la semana pasada que el gobierno de Chile había otorgado dos licencias para exploración y explotación del mineral a una empresa china y a una chilena propiedad de Francisco Javier Errázuriz, hijo del excandidato presidencial y exsenador del mismo nombre.
Se trata de permisos para buscar litio durante un plazo de siete años y explotar hasta 80.000 toneladas, pagando un 60 por ciento de royalty. Por esta sola adjudicación, el Estado chileno embolsó 121 millones de dólares. El gobierno de Chile debe entregar una respuesta a la suspensión en los próximos días y es poco probable que el proceso legal prospere al punto de poner en juego la licitación.
El litio sirve para hacer baterías, esas baterías se necesitan para teléfonos móviles, placas solares y electromovilidad, léase vehículos eléctricos. Se conoce que tres de los países con mejores perspectivas para beneficiarse de este producto están en Sudamérica, y de hecho componen lo que se ha dado en llamar “triángulo del litio”. Se trata de Argentina, Bolivia y Chile.