La historia se remonta en el año 1903, cuando Guillermo Marconi iba a demostrar al mundo las virtudes de su gran invento, el “telégrafo sin hilos”.
En un teatro de Londres a 500 kilómetros de distancia, pero el mensaje que acabó enviando fue ¡Ratas! ¡Ratas! ¡Ratas!, más algunos insultos.
Nevil Maskelyne, otro inventor (y mago) es quien creo el hackeo, demostrando un fallo de seguridad en el telégrafo, instalando un transmisor de código morse en un local cercano al teatro.
Desde allí fue capaz de transmitir su propia señal, su acción fue calificada de «gamberrismo científico» pero Maskelyne ostenta el título honorífico de ser el primer hacker de la historia. Y en 1909 Marconi recibió el Nobel de Física.
