Ciudad de Shanghái, principal puerto de contenedores del mundo, está bajo confinamiento por el covid-19, una medida que perturba la economía china y amenaza las cadenas de aprovisionamiento de todo el mundo.
Pese a que en Shanghái no se ha producido ninguna muerte y la gran mayoría de los casos son contagios asintomáticos, las autoridades decidieron confinar a los cerca de 25 millones de habitantes, pese al alto costo que esto implica para la economía.
Miles de camiones están varados, ya que los conductores que entran a la ciudad deben guardar una cuarentena de dos semanas para salir. La falta de camioneros repercute sobre la actividad del puerto, aunque las autoridades afirman que por ahora hay menos de una decena de barcos por día esperando poder atracar.
“Pero el problema es que debido a las restricciones impuestas a los camioneros, el puerto no funciona realmente”, explicó a la AFP Bettina Schön-Behanzin, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en Shanghái.
El efecto comienza a sentirse por toda China, donde los retrasos de entrega se multiplican en las plataformas de comercio por internet, especialmente para los productos importados. Algunas industrias se ven obligadas a encontrar nuevos proveedores.
El coste de enviar un contenedor desde Shanghái aún sigue cerca de un 400% más caro que con respecto a los niveles anteriores a la pandemia. Sin embargo, el Shanghai Containerized Freight Index (SCFI) registraba una tendencia bajista este primer cuatrimestre del año. Desde comienzos de enero, los fletes han caído en torno a un 14%.