Durante más de dos años, según sus registros Corea del Norte logró evitar la llegada de la covid-19. Esto se logro llevando al extremo su aislamiento: desde enero de 2020 no deja entrar a nadie al país -ni siquiera norcoreanos- y ha reforzado las cercas y puestos fronterizos, donde los soldados tienen orden de disparara todo el que se acerque.
Otra de sus estrategias fue almacenar y desinfectar durante semanas todos los productos importados de China para asegurar que no tengan ni la mínima traza del virus. Sin fabricar vacunas ni aceptar ofertas de otros países para inmunizar a su población, Pyongyang apostó todo a su política de “cero covid”.
Pero, luego de dos años mientras los países del mundo están superando esta enfermedad, en Corea del Norte todo se ha desmoronado. Con la nueva variante de la ómicron el gobierno ha reconocido un millón y medio de casos de “fiebre” y 56 muertos.