Este pasado 1 de junio, la Policía estadounidense, informó que cuatro personas murieron a manos de un tirador, en el campus de un hospital de Tulsa (Oklahoma).
“Tenemos cuatro civiles que fallecieron, tenemos el tirador que está muerto, y creemos que se suicidó”, declaró Eric Dalgleish, jefe adjunto del departamento de Policía de Tulsa.
Según Dalgleish, agentes policiales respondieron inmediatamente tras los llamados de emergencia que advirtieron de la irrupción de un tirador en el segundo piso de una clínica adjunta al hospital St. Francis.
Tras la información brindada por la Policía, el hecho fatídico habría durado alrededor de 4 minutos, contando el momento de los llamados de emergencia hasta la intervención de los agentes estatales.
Por otro lado, la Casa Blanca ha manifestado su apoyo a los funcionarios locales y a las familias de los fallecidos.
Recordemos que este no fue el único ataque, pues hace más de una semana, un joven armado con un fusil, atacó una escuela en Texas, ocasionando la muerte de 19 niños y dos docentes.
