Este 7 de abril, la violencia de las guerrillas en Sudamérica y el narcotráfico que asola Centroamérica, centran dos de las catorce meditaciones que el papa Francisco ha dedicado al Vía Crucis del Viernes Santo, que se celebra esta noche en el Coliseo de Roma sin la presencia del pontífice.
Francisco, quien seguirá el ritual desde su residencia en el Vaticano para recuperarse de su reciente bronquitis, ha querido que las catorce estaciones del rito describan este año lo que él llama la “Tercera Guerra Mundial a trozos”, con un repaso a los dramas del mundo.
Asimismo, en cada estación del recorrido intervendrán víctimas de algunas tragedias como la migración forzada en África, la guerra de Ucrania y los conflictos religiosos en Oriente Medio.
Por parte de América Latina hablará un joven de Centroamérica en la tercera estación y una madre de Sudamérica, que tomará el testigo en la cuarta parada.