La configuración de las estructuras psicoemocionales de los niños y niñas en edad de desarrollo es necesaria para adquirir las habilidades sociales. El estudio reveló que los padres que tienen un vínculo más afectuoso con sus hijos desarrollaron un mayor grado de empatía y generosidad entre sus pares.
Además, la investigación dio como resultado que los niños tienen una mejor salud mental durante la primera infancia y adolescencia. Según los investigadores de la Universidad de Cambridge mostró que una crianza sólida desde el respeto, la comprensión y el afecto es fundamental para un desarrollo saludable en la vida adulta.
El concepto de prosocialidad abarca cualidades como la bondad, empatía, el altruismo y la cooperación con otras personas. Estas herramientas sociales se encuentran estrechamente vinculadas con las relaciones familiares.
Por el contrario, los niños que no establecieron relaciones sanas con sus padres, sino que el ambiente familiar tensas o abusivos, tenían una menor probabilidad de adquirir habilidades sociales positivas.