Hornos de barrios paceños intensifican su producción para abastecer a las familias durante la festividad.
En vísperas de Todos Santos, los barrios de La Paz se inundan con el aroma del pan recién horneado. Familias completas se acercan desde tempranas horas a los hornos para preparar t’antawawas, escaleras, coronas, bizcochuelos, maicillos y otras masitas, símbolos de la devoción y el reencuentro con los seres queridos que han partido, según la tradición andina.
La Federación Departamental de Panificadores de La Paz y las 20 Provincias estableció los precios oficiales para el horneado, con quintal a 260 bolivianos y arroba a 65 bolivianos, buscando transparencia y evitando cobros excesivos. La Intendencia Municipal supervisa que los hornos mantengan limpieza, exhiban carnet de manipulación de alimentos y respeten los precios fijados, garantizando así la inocuidad de los productos.
La preparación de estas masitas y panes no es solo un acto culinario, sino un gesto de memoria y fe. La Alcaldía, mediante controles y recomendaciones, asegura que las tradiciones de Todos Santos se mantengan seguras, limpias y accesibles, preservando la costumbre que une a las familias paceñas en torno al pan que recibe “a las almas que vuelven al hogar”.