La inhabilitación de 6.398 tarjetas busca evitar un daño mensual al Estado superior a 50 millones de bolivianos.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) anunció la inhabilitación inmediata de 6.398 tarjetas B-SISA que fueron mal utilizadas, causando un perjuicio económico al Estado de más de 50 millones de bolivianos al mes. Las tarjetas permiten la compra subsidiada de diésel entre 120 y 1.200 litros mensuales, pero gran parte del combustible fue desviado al mercado negro por falta de controles en gestiones anteriores.
Desde 2015 se entregaron 29.610 tarjetas B-SISA, pero durante una década no se realizaron procesos de verificación ni depuración. La actual gestión detectó que las tarjetas observadas representaban más de 4,5 millones de litros de diésel, lo que motivó su suspensión.
Asimismo, Margot Ayala, Directora Ejecutiva de la ANH, señaló que estas medidas buscan evitar el desvío ilegal sin afectar el derecho legítimo de consumo de los productores.
Ayala además convocó a otras instituciones involucradas en la asignación de volúmenes, como el Ministerio de Desarrollo Rural y la Dirección General de Sustancias Controladas, a sumarse a un control interinstitucional para garantizar que el combustible subsidiado llegue a los usuarios correctos y frenar el desvío ilegal.
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