Según un estudio hecho por economistas del Banco Mundial, en 2020 murieron 267.000 bebés en los países de renta media y baja como consecuencia de la crisis económica provocada por la Covid-19.
El artículo explica que lo más probable es que la economía mundial se haya contraído cerca de un 5 por ciento en 2020 (el primer año de la pandemia), lo que aumentó en 120 millones el número de personas que viven en la pobreza.
Sin embargo, a diferencia de los países ricos, las crisis económicas en las regiones de menos ingresos, elevan las muertes en los colectivos más vulnerables: los niños y los ancianos.
Finalmente, el estudio realizado apunta que probablemente el aumento de la mortalidad en los bebés se debe al empobrecimiento de los hogares, un aspecto que, a su vez, deriva en una peor nutrición y cuidado de los lactantes y en una menor capacidad de acceso a los servicios de salud.