Presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, y su homólogo de México, Andrés López Obrador, firmaron una declaración en la que exigen que las misiones electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA) no intervengan en los asuntos internos de los países miembros del bloque.
En noviembre de 2019, la OEA público un informe en el que cuestionó los resultados de los comicios bolivianos, puesto que el entonces Jefe de Estado, Evo Morales, sin necesidad de segunda vuelta, ganó las elecciones. La postura de esta entidad fue uno de los factores que derivaron en el supuesto golpe de Estado.
Por ello, ambos mandatarios advirtieron que la Secretaría General de la OEA se limite al desempeño de sus funciones y que “no tolerarán injerencias en asuntos internos de los países”. Por otro lado, reconocieron la labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que indaga los hechos de Senkata y Sacaba a finales de 2019.
“Coincidieron (Bolivia y México) en la importancia de promover el carácter exclusivamente técnico, objetivo e imparcial de las Misiones de Observación Electoral de la OEA, las cuales deben ceñirse a los principios de no intervención, el respeto a la autodeterminación, el diálogo, la negociación, la búsqueda de consensos y la solución pacífica de controversias, considerando prioritaria la construcción de un multilateralismo que favorezca el bienestar de las personas y la dignidad de los pueblos”, se lee en el punto 21 de la declaración conjunta.
El miércoles, un Vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) solicitó que la OEA sea apartada del rol de observación del balotaje que se llevará a cabo en cuatro departamentos el 11 de abril, pero su petición fue descartada por la Sala Plena. En la primera vuelta de las elecciones subnacionales, Arce aseguró que no asistirá a ningún acto del TSE en el que se encuentre la OEA.