El accidente que reportó un vuelo de la compañía Alaska Airlines, que perdió una de sus ventanas en pleno vuelo provocó un aterrizaje de emergencia y el terror en sus pasajeros, recordó un accidente que sufrió el vuelo 243 de Aloha Airlines al perder el techo de la nave también en pleno vuelo, hecho ocurrido en 1998.
Un Boeing 737-200 de la compañía Aloha Airlines salió desde el Aeropuerto Internacional de Hilo a Honolulu Hawai con 95 pasajeros, entre ellos los cinco tripulantes de la nave. Tras volar veinte minutos, el avión sufrió una descompensación explosiva cuando estaba a 24 mil pies de altura (7.315 metros aproximadamente) lo que provocó que la aeronave perdiera parte del techo, además de las alas y parte del fuselaje.
Desafortunadamente Clarabelle Lansing jefa de cabina que formaba parte de la tripulación salió despedida automáticamente, mientras que el resto de los pasajeros tenía abrochados los cinturones lo que les permitió mantenerse a salvo, aunque corrían el riesgo de que la aeronave terminé de desprender el resto del avión debido a la presión. De los 95 pasajeros, 94 sobrevivieron milagrosamente y el cuerpo de la jefa de cabina no pudo ser localizado.