Este 22 de febrero, un equipo internacional de astrofísicos, descubrió varios objetos misteriosos ocultos en imágenes del telescopio espacial James Webb.
En concreto se trata de seis galaxias potenciales que surgieron muy pronto en la historia del universo y son tan masivas que no deberían ser posibles según la teoría cosmológica actual, según publican en la revista ‘Nature’.
Cada una de las galaxias candidatas podría haber existido en los albores del universo, aproximadamente entre 500 y 700 millones de años después del Big Bang, o hace más de 13.000 millones de años. Además, son gigantescas y contienen casi tantas estrellas como la actual Vía Láctea.
Asimismo, los investigadores aún necesitan más datos para confirmar que estas galaxias son tan grandes como parecen y que se remontan tan lejos en el tiempo. Sus observaciones preliminares, sin embargo, ofrecen una tentadora muestra de cómo James Webb podría reescribir los libros de texto de astronomía.
Sus hallazgos más recientes proceden del sondeo CEERS (Cosmic Evolution Early Release Science) del telescopio.
Sin embargo, estas galaxias primigenias probablemente no tenían mucho en común con la nuestra.
Según apunta, los nuevos descubrimientos son la culminación de un viaje que comenzó cuando estaba en la escuela primaria. Cuando tenía 10 años, escribió un trabajo sobre el Hubble, un telescopio que se lanzó en 1990 y que sigue activo hoy en día y quedó prendada.