Pedro Lima, quien en 2001 fue expulsado de la orden jesuita por denunciar abusos, llegó al país para dar su testimonio y reunirse con las víctimas. Señaló que teme por su vida, pero no callará.
“Las víctimas están empezando a hablar. Me preguntaron si no tengo temor por mi vida, claro que tengo miedo por mi vida, pero no voy a callarme a raíz de eso, el miedo no me va a paralizar. Pica es la punta del iceberg, pues hay muchos otros casos de sacerdotes de la Compañía de Jesús que han abusado de niños y que hasta ahora han estado impunes”, declaró ante la prensa.
Lima informó que su llegada al país tiene tres objetivos: que los crímenes no queden impunes, que se repare a las víctimas y que estos casos no se repitan.
“Vamos a reunirnos con las todas las víctimas posibles. La Compañía de Jesús me convoco cuanto antes a presentarme frente a su comisión. Sin embargo, yo manifesté mis reparos, porque en el pasado esta comisión, conociendo el caso gravísimo del padre Lucho Roma, no actuó con celeridad”, agregó.