Durante meses fue vista como una teoría conspiradora, pero ahora la idea de que el nuevo coronavirus pudo haber surgido en un laboratorio en China empieza a ser considerada por Estados Unidos como algo que no se puede descartar.
El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó a los servicios de inteligencia redoblar los esfuerzos para investigar los orígenes de la pandemia de covid-19.
Y esa orden incluye examinar la teoría de que provino de un laboratorio en Wuhan, algo que un informe de marzo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que era “extremadamente improbable”.
Biden reveló que dio la orden después de recibir un informe no concluyente sobre los orígenes del coronavirus que había solicitado después de asumir la presidencia, incluyendo si surgió del contacto humano con un animal infectado o de un accidente de laboratorio.
Las especulaciones sobre la posibilidad de que el virus hubiera surgido en el Instituto de Virología de Wuhan, uno de los principales laboratorios de investigación de China, comenzaron el año pasado y fueron propagadas por el expresidente Donald Trump.
China desestimó este tipo de señalamientos, pese a lo cual durante muchos meses no fue posible la realización de una investigación internacional in situ.
No fue sino hasta inicios de este año, cuando un equipo de investigadores enviados por la OMS elaboró un informe junto a científicos chinos que, sin alcanzar una conclusión definitiva sobre el origen del virus, señalaba que era “extremadamente improbable” que hubiera surgido de un laboratorio.
Sin embargo, algunos especialistas mostraron su escepticismo ante este informe dado lo tardío de la investigación y las limitaciones impuestas por Pekín para su ejecución.