El pasado lunes (23/May) Boris Bondarev, un veterano representante de Rusia ante Naciones Unidas. En una insólita carta renunció a su cargo en protesta contra la guerra. Es la mayor deserción -al menos pública- de un diplomático ruso tras la invasión de Putin a Ucrania.
“Durante 20 años de mi carrera diplomática he visto diferentes giros de nuestra política exterior, pero nunca me he sentido tan avergonzado de mi país como el 24 de febrero de este año (el día que comenzó la invasión)”, escribió Boris Bondarev, en la carta.
En el criterio de Boris Bondarev, quienes concibieron la guerra “solo quieren una cosa: permanecer en el poder para siempre, vivir en palacios pomposos y de mal gusto. Navegar en yates comparables en tonelaje y costo a toda la Armada rusa y disfrutar de un poder ilimitado y total impunidad”.