Ante la sequía que azota el país, Jair Bolsonaro, Presidente de Brasil, decretó que organismos de administración pública federal deberán disminuir el consumo de energía eléctrica entre el 10 y 20% de septiembre de 2021 a abril de 2022.
Esta medida incluye a más de 22.000 edificios públicos propios y 1.400 alquilados. Datos oficiales señalan que la base para comparar es la media de consumo en los mismos meses de 2018 y 2019.
“La mayor crisis hidrológica de la historia”, así definió Bolsonaro el panorama sombrío que provoca este fenómeno.
Por su parte, la plataforma multidisciplinaria MapBiomas advirtió que Brasil, conocido por ser una de las naciones con mayor reserva de agua del planeta, se está secando: las superficies cubiertas con agua dulce entre 1991 y 2020 se redujeron en un 15,7 por ciento.