Dentro de unas semanas se cumplirá un año de la llegada de la pandemia a Bolivia y cerca del 50% de los negocios relacionados al turismo en el país se encuentran cerrados.
Según Raúl Calvimontes, ex presidente de la Cámara Nacional de Operadores de Turismo (Canotur), afirma que los ingresos del sector turístico, entre los que se encuentran las agencias de viajes, empresas de transporte especializado, aerolíneas, empresas de evento, restaurantes, entro otros, han sido prácticamente inexistentes.

“Estamos viviendo una situación crítica, con muchas empresas cerradas, otras que han tenido que despedir a gran parte de su personal. Sólo las empresas grandes con recursos han podido mantenerse en pie”, señaló Calvimontes.

Los calculos de Canotur muestra que hasta marzo del año pasado, el sector empleaba de forma directa a cerca de 350 mil personas en el país. Un año después, se estima que el 90% (315 mil personas) se han quedado sin empleo, sin incluir los empleos indirectos que generaba el turismo en el país.
“El turismo receptivo se mueve en períodos anuales, es decir la promoción de nuestros destinos se realiza con un año de anticipación y las reservas se realizan con seis meses de anticipación por lo menos, lo que hace que nuestra recuperación no esté en el futuro cercano”, explica Clavimontes.
Siendo que la reapertura de las fronteras y los viajes dependen de la evolución de la pandemia y la vacunación del mundo, no hay fecha aún para la reactivación del sector turístico. Esto resulta alarmante siendo que según un estudio de la Universidad Fran Tamayo, Bolivia registró pérdida por más de mil millones de dólares al cierra de 2020 y se estima que el monto alcanzara un $1.200 millones este 2021.
Ex presidente de la Canotur, también acotó que no ha habido apoyo suficiente al sector y que las medidas tomas en diciembre del año pasado por Luis Arce para incentivar el turismo interno no son lo suficientemente efectivas para salvar la industria.
Esto se debe a que los ciudadanos bolivianos no acostumbran a viajar tanto y si lo hacen, no requieren de transporte ni alojamiento al nivel en que lo hacen los turistas extranjeros.